La mejor manera de aprender en esto de la pesca, es intentar vivir el máximo número de experiencias en lugares diferentes, ya sea de España o de todo el mundo. Siempre que salimos fuera, nos traemos en la maleta un gran número de vivencias y conocimientos que nos van ayudando a cada vez completarnos más como deportistas que somos.
Teniendo en cuenta esto, parece que siempre estamos esperando una excusa para intentar salir de nuestras tierras en busca de nuevos destinos. Esta vez le ha tocado a Inglaterra, más concretamente al lago de Farmoor, a escasos kilómetros de Oxford. O quizás debería decir a escasas millas, porque los ingleses son especiales en todo tipo de cosas, millas, libras, volante a la derecha…
Salimos Silvia y yo el miércoles día 8 a las 17:00 desde A Coruña con destino Heathrow, en Londres, dónde nos esperaban nuestros amigos Pablo Castro y David García Ferreras desde ya hacía unas horas, y es que siempre que se vuela a algún sitio, lo que parecían un par de horas de viaje, se convierte en medio día o día completo.
Después de verdadera odisea para encontrar el transporte que nos llevara a la empresa en la que teníamos alquilado un vehículo, por fin me siento en ese coche con el volante a la derecha. Para alguien que nunca condujo en Inglaterra he de decir que es bastante complicado al principio, en vez de cambiar de marcha abres la ventanilla y las primeras rotondas seguramente te saltes los ceda el paso.
Ya con Pablo y David, y con una hora de carretera por delante pusimos rumbo al hotel para preparar todo para el día siguiente.
El Jueves por la mañana temprano arrancamos en busca del ansiado Farmoor. Cuando por fin encontramos la taquilla dónde teníamos que sacar el permiso de pesca, pudimos apreciar la gran extensión de este reservorio, lo cual nos impactó por estar acostumbrados a pescar pequeños lagos.
Montamos las cañas lo más rápido que pudimos y a pescar. La primera hora de pesca ya nos hizo presagiar que eso no iba a ser como lo que estamos acostumbrados en España. Aquí nada de mangas de 20 peces, ni de 10. ni siquiera de 6, ya que el máximo por manga permitido serían 5 peces.
A eso de las 12 de la mañana llegó otra parte de la expedición, Jordi Oliveras, Iván Verge y Santi Gallego, que salieran ese mismo día de madrugada desde Barcelona.
El día se acabó desarrollando con un buen número de peces a partir de la una de la tarde, y es que la tónica general de todos los días acabó siendo la misma, muy pocas por la mañana y alguna más por la tarde.
Al final de la jornada de pesca llegó el último miembro del “Spanish Team”, Pedro Sevilla, que venía desde Alicante después de pasar una auténtica odisea. Sin ir más lejos sus palabras fueron “lo de menos ha sido conducir con el volante a la derecha”. Nos faltaría en este viaje el noveno miembro del equipo, Antonio Sevilla, que no pudo venir por problemas en un pie.
El día acabó con los que viajaron ese mismo día exhaustos debido a la paliza y el estrés que conlleva todo el tema de los aeropuertos, así que cenamos prontito, montamos unas moscas y a dormir.
Al día siguiente ya con todos desde primera hora de la mañana, intentamos sacar las máximas conclusiones posibles, pero el escaso número de peces que tomaban nuestros señuelos hacía que la cosa fuera difícil. Y es que acostumbrados a ir a un lago y coger casi siempre más de 20 peces sin problema ninguno, aquí la media era mucho menor, de hecho al sacar el ticket nos dijeron que la pesca estaba muy bien, ya que esos días la gente pescaba de media unos 7 u 8 peces.
Dejamos los entrenamientos y nos metemos de lleno en la competición. Quiero explicar el método en el que se compite esta gente, ya que nos ha gustado bastante. Se pescan 10 mangas de 35 minutos cada una, y entre mangas 5 minutos de cambio, lo que hace que no puedas parar ni un solo minuto. 45 minutos para comer después de la quinta manga. El sistema de puntuación era el siguiente: te dan dos papelitos, uno para la mañana y otro para la tarde, con cinco mangas cada papel y cinco casillas para cada manga, ya que no puedes coger más de 5 peces por manga. La primera trucha de cada manga vale 2 puntos y las demás un punto, de manera que si hacer tres en una manga serían 3 puntos (2+1+1). Esto hace que los peces no sufran y que no se machaque el lago, y al ser mangas tan cortas, cinco peces pueden ser suficientes en muchas ocasiones.
El primer día la competición era individual, con 120 participantes, la mañana fue muy sufrida con muy pocas capturas. Yo solo fui capaz de meter dos truchas en mi sacadera en la cuarta manga. La tónica general era esta, aunque ya veíamos algunos que destacaban entre todos. La tarde acabo con un número mayor de capturas, en mi caso 5 repartidas en tres mangas, lo que hacía que mi marcador fuera de 14 puntos. De nosotros, el mejor fue Ivan con 16 puntos en el puesto número 12. Los primeros puestos copados por integrantes de la selección inglesa que demostraron dominar farmoor.
El domingo era el último día, en el que tendríamos una competición por parejas, 60 dúos se daban cita, pero no como estamos acostumbrados. Aquí en España y en Francia competimos la pareja en el mismo tramo del lago, aquí no, todo a sorteo como el día anterior y seguramente sin verle la cara a tu compañero. De hecho Pedro ni conoció a su compañero. El día de pesca parecía idéntico a todos los demás, pocos peces y más por la tarde que por la mañana. Yo hice pareja con Jordi, y conseguimos 34 puntos, los quintos consiguieron 36. Hay que destacar la importancia que siempre tiene el entrenamiento, y el ver cosas diferentes, ya que todos nosotros mejoramos nuestra puntuación con respecto al día anterior.
Para concluir, decir que la experiencia ha sido positiva como casi siempre y dar la enhorabuena a los campeones
En cuanto a clasificación no tenemos ni idea de lo que quedamos ni un día ni el otro ya que la organización no nos facilitó los resultados más allá del décimo puesto en la individual, en esta sabemos que Iván quedó de 12 empatado a puntos con el décimo, y los quintos en la de parejas, Jordi y yo conseguimos el octavo puesto.