El pasado fin de semana, los dias 4 y 5 de Marzo, como cada año acudimos al Master de Jon Huerga que se celebró en Lago de Llanillo, provincia de Burgos. A dicha competición se presentaron 27 parejas entre las cuales estaban la mayoría de las mejores cañas de panorama español. Como de costumbre, hicimos dupla mi compañero, amigo y maestro Jordi Oliveras y yo, para intentar revalidar el título conseguido el pasado año.
El estado del lago era diferente a lo que nos tiene acostumbrados Llanillo por estas fechas, pues la sequía sufrida este año en esta región, hacía que el lago luciese un aspecto irreconocible, con un par de metros menos de agua y por consiguiente, bastante menos superficie de lo habitual. Aún así, lo suficiente para asegurar un campeonato competitivo y divertido.
Las mangas comenzaron a las 9 de la mañana, con una temperatura muy fría y un viento que hacía que agarrar el cañero de aluminio fuese una verdadera tortura en la caminata hacia los tramos. Como siempre Llanillo no decepcionaba y los peces, todos de buen tamaño, iban saliendo por casi todas las zonas del lago, cosa que no se iba a mantener durante todo el campeonato, ya que debido a que se auguraba que algunos tramos iban a estar complicados por el bajo nivel de agua, otros tramos estaban demasiado apretados, lo que provocaba que la presión de pesca en esa zona fuera mayor.
El pasado fin de semana, los dias 4 y 5 de Marzo, como cada año acudimos al Master de Jon Huerga que se celebró en Lago de Llanillo, provincia de Burgos. A dicha competición se presentaron 27 parejas entre las cuales estaban la mayoría de las mejores cañas de panorama español. Como de costumbre, hicimos dupla mi compañero, amigo y maestro Jordi Oliveras y yo, para intentar revalidar el título conseguido el pasado año.
El estado del lago era diferente a lo que nos tiene acostumbrados Llanillo por estas fechas, pues la sequía sufrida este año en esta región, hacía que el lago luciese un aspecto irreconocible, con un par de metros menos de agua y por consiguiente, bastante menos superficie de lo habitual. Aún así, lo suficiente para asegurar un campeonato competitivo y divertido.
Las mangas comenzaron a las 9 de la mañana, con una temperatura muy fría y un viento que hacía que agarrar el cañero de aluminio fuese una verdadera tortura en la caminata hacia los tramos. Como siempre Llanillo no decepcionaba y los peces, todos de buen tamaño, iban saliendo por casi todas las zonas del lago, cosa que no se iba a mantener durante todo el campeonato, ya que debido a que se auguraba que algunos tramos iban a estar complicados por el bajo nivel de agua, otros tramos estaban demasiado apretados, lo que provocaba que la presión de pesca en esa zona fuera mayor.